Un día caminará por la calle con la cara desdibujada y el alma vacía; o totalmente llena de nada, leve, sin el peso del pasado encima.
Un lunes en la tarde pasea bajo los árboles que sombrean la vereda, junto a las hojas caídas descubre pedazos de memorias que se han escapado de su cerebro.
Un viernes en la noche busca en su mente recuerdos que la adormezcan, no los encuentra, acomoda su almohada para descubrir que está más pesada.
Un jueves oscuro sale al patio de su casa, intenta encontrar dentro de su cabeza todas esas vivencias que en algún momento la reconfortaron. Mira hacia arriba, no puede asegurarlo, pero al parecer hay más estrellas en el cielo.
Un martes en la mañana, despierta de un sueño profundo, está sonriendo, por un instante ha olvidado quién es. En el baño, descubre de pronto que el basurero que ha vaciado la noche anterior está repleto.
Se le hace tarde, agarra con descuido sus cosas. Tiene prisa, corre...
Siente sus pies despegar del suelo, su cuerpo tan liviano, libre de presente y pasado, se eleva y vuela...sonríe.
Su cuerpo yace en el asfalto inmóvil, al lado de un auto. No escuchó el ruido del auto, olvidó cómo sonaba su motor...
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