No quiero estar acá, la vieja patria me llama tras un tambor y una guitarra. La vieja Patria Perdida y nunca encontrada. Y estoy, estamos, todos los que soy, bailando abstraídos en un lugar donde no se baila, riendo en una fosa donde se llora y todos estamos embriagados, por un maldita sea y un frenético delirio de locos volamos como acordeón roto luego de una explosión, entre montañas nevadas, sobre cabezas rapadas y no vamos a aterrizar, jamás…
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