Sudo por el calor, corrí para encerrarme en el aburrimiento. Miro al frente: simios, miro atrás: simios, miro a un lado: simios. Vista al frente, que está actuando "La Mona". Bla bla bla, la la la, solo palabras inútiles chocan contra mi nuca, espero que sea lo suficientemente impermeable para evitar que tal basura penetre mi cerebro.
"Yoani Sánchez, activista política cubana, escribe libros, pide que depositen dinero en su cuenta para seguir haciéndolo. Leída por Barack Obama. Yoani escribe y lucha, los simios bostezan y cuchichean"
Mastico mi chicle violentamente, en silencio mental absoluto. Al tiempo imagino como se desbordan mis ideas, como se desbordó el agua de la lavadora de mi casa.
"4 de agosto 2010: Algunos tuvieron la suerte de presenciar un espectáculo singular, un leve tsunami solar, hizo al cielo bailar. A nosotros nos quedó un calor vulgar, sin viento y sin mar".
Juego con mis zapatillas, me sudan las yemas de los dedos. Escucho, sin escuchar, sólo lo que me conviene. Ella dibuja con su lápiz amarillo, él dibuja con su pluma negra, en la esquina. Ese otro hablar y me duelen los oídos. Siento la sed subiendo por mi garganta, para agarrarse de mi lengua.
Camiseta a rayas, medias de rombos, zapatos de cuadros, lentes sobre el cuaderno. ¡Ay, me duele el cerebro!
"Carlos Slim acabó de comprar una mina de oro. Un niño de la calle acaba de comprar un pan con los ahorros del día, que sabe a mina de oro"
El murmullo colectivo va en aumento. Palabras dispares.
"Un niño muerre por falta de alimentación, mientras el tamagochi engorda hasta salirse de la pantalla".
05:30 p.m., el circo entra en receso.
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