De una sustancia eterna está hecho el mundo, de miles de piezas listas para formar un rompecabezas que solo es una pieza más de otro rompecabezas que se extiende hasta el infinito, insaciable de piezas. Este caótico rompecabezas es libre por que se sabe sin final y desconoce su principio, es casi un monstruo que se agita multiforme, en constante cambio y aún así de una forma exacta, oculta entre millones de máscaras. Este rompecabezas no rompe ninguna cabeza, se arma, se deshace, se rearma, se extingue y renace... solo, incógnito en un vértigo de ocasos.
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