La luz matinal trae la conciencia, ese vago despertar...la leve sensación de resucitar y esas risas, hilarantes sonrisas con gritos ahogados a la hora exacta... en medio de la habitación vacía, cuando no hay nadie más.
Solo esas risas y esos gritos estallando en mi cabeza, disociándolo todo, rompiendo lo que queda de mi frenética cordura. Tan pronto, tan extraño...solo siento el confuso despertar a otra pesadilla, a ningún lado...por que no puedo despertar y la mañana solo trae este inútil desvelo en el cual...el rostro de un desconocido sonríe desde los cristales dispersos de un espejo...
fânâticus et absurda, alegría disoluta...
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