Ayer una amiga, Verónica, me regalo un souvenir, claro, regreso hace una semana de Egipto. El souvenir consiste en un esfero dorado con la imagen de un semidios egipcio antiguo, Ra. Al principio su imagen no causo en mí un impacto, hasta que desperté esta mañana sin sol y la luz perpendicular de una bombilla se reflejaba en su disco dorado. Una inconclusa canción de tambores se extinguía en mi cabeza y mi atención se iba centrando en el pequeño dios esfero, souvenir…en su viaje hacia la mitad de este mundo que lo ha olvidado, que ignora su gloria y su culto, que lo ha convertido en un recuerdo barato...
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