martes, 23 de noviembre de 2010

Nadie.

Si se me permite la descabellada idea de que las bacterias y protozoos que han colonizado mi cuerpo pueden algún día evolucionar y comer del fruto prohibido de la conciencia…¿quien me asegura que no juzgaran a mi cuerpo, fisiológicamente explotable para satisfacer sus necesidades, como un universo grato y bondadoso?…lleno de fuerzas poderosas que no entienden, de presiones y mecanismos crueles de fagocitosis que los devoran.

¿Quien es capaz de negarme que no intentaran elevar plegarias al poder de esta fuerza y que, obviamente, no serán escuchados?…nadie puede negar que para estas bacterias y protozoos seré su todo, la perfección mecánica, dios, su kosmokrator homínido…

Y así mismo, nadie puede negar que yo (ilusoria unidad de pedazos) solo soy un microorganismo en otro cuerpo gigante, nadie me puede decir lo contrario, oh cafeína. Y si lo que pienso es verdad, empezarán a destruirme con la misma crueldad con la que los ignoro. Que importa…

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