lunes, 29 de noviembre de 2010

Un hombre está en un dormitorio, mira la pantalla de una maquina y sonríe, parece hablar solo. La insólita conexión mundial lo atrapo en ilusorias redes sociales de irrealidad, donde nadie existe . El hombre se abstrae, con una cara de semisimio curioso, y va olvidando el mundo exterior que gira a su alrededor, entre nosotros...se ha creado un identidad virtual y es feliz, parece feliz. Sonido de teclas, fotos inertes, novedad en alertas que se cocinan y se sirven al minuto, al segundo, al milisegundo. Sale a una calle y está solo, incompleto, no es nadie...

jueves, 25 de noviembre de 2010

Toros.

La feria taurina es igual a muerte, trago, modelos de pilsener, trago, toquen trompudos, trago, uno que otro flamenquito, trago, personas disfrazadas de vaqueros, trago, españoles extranjeros, trago, quiteños españolizados, "joder" trago, un animal sacrificado, trago y olé !.


El 10% si no es menos...sabe algo, mucho o poco de tauromaquia ...los demás van por el...( ¡si adivinaron!) trago; por el simple gusto de disfrazarse para luego decir que fueron a la plaza de toros, "huevón" . Pero bah... los que no van, a los que no les gusta... también quieren...trago.


El toro no sabe que le dicen toro, ni siquiera sabe que existe por que existir conscientemente y sentir la muerte es un patrimonio exclusivamente del animal humano. Tal vez su muerte le resulte tan indiferente y poca cosa como a los animales ebrios y descontrolados que gritan: olé, torero!...en nombre del arte, arte? por el bien de la cultura, cultura? o simplemente una excusa por no tener claro de donde venimos y a donde vamos, por creer que Quito empezó a ser, a existir, con su fundación española...


En fin...Libertad. Lllenate el bocho de libertad para ir, para no ir, para hablar mal, para defenderlo, para disfrutarlo, para evolucionar y condenarlo. Y sé fiel a la especie animal a la que perteneces.

martes, 23 de noviembre de 2010

Nadie.

Si se me permite la descabellada idea de que las bacterias y protozoos que han colonizado mi cuerpo pueden algún día evolucionar y comer del fruto prohibido de la conciencia…¿quien me asegura que no juzgaran a mi cuerpo, fisiológicamente explotable para satisfacer sus necesidades, como un universo grato y bondadoso?…lleno de fuerzas poderosas que no entienden, de presiones y mecanismos crueles de fagocitosis que los devoran.

¿Quien es capaz de negarme que no intentaran elevar plegarias al poder de esta fuerza y que, obviamente, no serán escuchados?…nadie puede negar que para estas bacterias y protozoos seré su todo, la perfección mecánica, dios, su kosmokrator homínido…

Y así mismo, nadie puede negar que yo (ilusoria unidad de pedazos) solo soy un microorganismo en otro cuerpo gigante, nadie me puede decir lo contrario, oh cafeína. Y si lo que pienso es verdad, empezarán a destruirme con la misma crueldad con la que los ignoro. Que importa…

jueves, 18 de noviembre de 2010

-100

Cuanta indómita voluntad se puede encerrar en el mecánico ciclo de un semicírculo, tan inerte, tan ahí, pequeño e ignorado, repleto de líneas y de una leve canción monótona de segundos, minutos, horas, números que no significan nada cuando ahondo en el instante.

¿?

La lluvia cae sobre Uio, larga ciudad inundada de caos y neblina amarilla,
Que se ahoga sin piedad, convulsa de frío.

Más diez, menos seis grados Fahrenheit, suben - bajan, y son solo insignificantes medidas mentales que se disipan con indiferencia cuando mi alma esta a más, menos cien de nada. Luz, canción distorsionada, risa enajenada...¿cuanto abismo es posible ocultar con 70 kg de carne humana?

viernes, 5 de noviembre de 2010

I put on a black suit, Boris Ryzhy.




I put on my Black suit

And take my walking stick

And tapping with that stick

I wander through the town.


Full of beggars, greedy boors,

Psychopaths and blackmailers –

My treasure trove, tap away

Tap, tap, tap.


Tap away, my despair,

Tap away, my sadness.

On my heart, on my temples,

For everything I’m sad for.


For everyone who died

In this stifling dump.

For everyone who didn’t

Give a damn for this life.



Boris Ryzhy, El poeta de la Perestroika