Quisiera vivir en una canción de Sui generis. Convertirme en un acorde distorsionado de piano, perdido en el aire inmortal de un disco de acetato, que no deja de girar y girar siendo un secreto y algo perdido en la mente del hoy, pero que renace con fuerza en un anónimo nocturno.
Un grito de horror entre las nubes y las tijeras, un toque de muerte camuflado en velos negros y sirenas de ambulancias...
No hay comentarios:
Publicar un comentario