El fin último de todo hombre, que merezca ser llamado así, no es la consolidación de un estado, es su destrucción. El fin último es la conquista de la libertad y de la justicia, hija desconocida de Caos.
La única diversión que conoce el sabio es el baile, la danza frenética y ritual, sobre el mustio cadáver de la verdad, sobre la gran impostora, que no existe, ni existió jamás.