Compatriota, sin rostro, que vas flotando en el vacío.
Compatriota, sin nombre, el tedio y la (sin) razón te han perdido.
Equinoccial humano, sin sombra, que estas intoxicado de hastío...
Recibe el sabio consejo del que no es sabio, ni lo ha perseguido.
Ni votar con infinito amor.
Ni con opositor odio.
Hay que votar con la cabeza...
Con el esfero, en un acto de malabarismo sorprendente,
apoyado perpendicular sobre tu bronceada frente.
Sin una gota de sudor, patriota, con equilibrio...
Inclina la testa hasta marcar una (X), sé un buen cordero impío.